El Oasis de Dakhla
En el Sahara Occidental, con sus inmensas extensiones de arena y dunas que se pierden en la línea del horizonte, hay un lugar tocado por los dioses en el que, como un verdadero milagro, brota la vida en todo su esplendor.
El Oasis de Dakhla es considerado uno de los más bellos de Egipto, y no es difícil comprender por qué. La abundancia de la fauna y los generosos cultivos dibujan un paisaje encantador, totalmente ajeno al árido y cruel desierto que lo circunda.
Dakhla se encuentra al noroeste de Kharga, y 310 km al sudeste de Farafra, otros concurridos oasis del territorio egipcio. Está constituido por 14 asentamientos, todos ellos muy poblados, y de los cuales Mut es la capital del conjunto.
Emplazados en una depresión del terreno, estos pueblos están rodeados por altas colinas pedregosas de coloración rosada, que le dan un toque místico extra al encantador paisaje.
Más de 120 kilómetros cuadrados son cultivados por los pobladores de la región, que se esfuerzan día a día para proteger su siembra de las inclemencias de los vientos, que arrastran arena de las dunas y perjudican la cosecha.
Desde grandes campos hasta jardines caseros, pasando por exuberantes huertas multicolores se extienden a en todas las direcciones sobre el terreno. Los cultivos incluyen todo tipo de especies, sobre todo árboles frutales como las palmas de dátiles, los árboles de mora, las higueras y árboles cítricos.
Los expertos pudieron determinar que el Oasis de Dakhla ha permanecido habitado desde la Prehistoria, y que antiguamente existía allí un gran lago. Según representaciones del Neolítico pintadas sobre roca, el espejo de agua era frecuentado por elefantes, búfalos y avestruces.
Información práctica
- Cómo llegar
- Desde El Cairo, en vuelo de cabotaje o en autobús. Se recomienda contactar con una agencia de turismo para contratar el transporte.
- Desde el desierto de Kharga, hay servicio de autobús diario que recorre 200 km de carretera.
Foto Vía: Desert Lodge

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