Viaje al amanecer a los templos de Abu Simbel

Templo de Abu Simbel

El complejo de Abu Simbel, que según me contaron egipcios de la zona significa «montaña pura», está compuesto de dos templos excavados en la roca que ordenó construir Ramsés II. Se encuentra al sur del país, a unos trescientos kilómetros de la ciudad de Asuán, y para llegar a ellos es necesario atravesar el desierto. Hoy nos vamos hasta allí, en un viaje al amanecer que nos deja fantásticas imágenes en la retina.

Aunque Abu Simbel vive a la sombra de otras maravillas egipcias como las pirámides o la esfinge, los templos fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979 con el nombre de Monumentos de Nubia de Abu Simbel a File. Así que, solo por eso, ya merece atravesar el desierto para llegar hasta aquí.

Los viajes a Egipto suelen incluir esta excursión que se suele hacer de madrugada, para evitar el calor del desierto. Puede hacerse en avión, desde Aswan o El Cairo, pero además de ser más caro, nos perderíamos las magnificas vistas que nos regala el amanecer. Por eso, si quieres ir en coche o en autobús, como hicimos nosotros, es mejor que contrates con una agencia de viajes el traslado.

Las salidas se hacen en convoy, formado por un buen número de autobuses, en distintos turnos. La razón es que los convoyes tienen que ir escoltados por la policía, para evitar los asaltos que se pueden producir durante el viaje. Normalmente, suele ir incluso un policía armado dentro de cada autobús, además de las escoltas en coche. Si vamos por libre, el gobierno no garantiza nuestra seguridad, pues el camino es peligroso.

El templo mayor de Abu Simbel es uno de los mejor conservados de todo Egipto. Su fachada tiene, nada menos, que 33 metros de altura. Además, cada una de las estatuas de Ramses, miden 20 metros. La parte interior, un precioso laberinto de varias salas y santuarios, nos hace sentirnos en medio de una ceremonia de la época faraónica. El Templo menor, también está excavado en la roca. Su fachada, está decorada por seis estatuas: cuatro de Ramses II y dos de Nefertari.

La visión del complejo como conjunto es impresionante, pero más aún lo es conocer la historia de su traslado. Uno de los policías turísticos que custodian la entrada al templo, se ofrece a contárnosla. Recuerda como en la década de los 60, debido a la construcción de la Gran Presa de Aswan (que provocaba un aumento del nivel del Nilo), fue necesario reubicar varios templos, incluidos éstos, que se hallaban a la orilla del río. Un equipo compuesto con expertos de varios países, trasladó unos metros todo el conjunto de templos, desmontándolos con cuidado y volviéndolos a montar posteriormente.

Todavía hoy, los que tengan la oportunidad de contemplar Abu Simbel, siempre se preguntarán ¿cómo fue posible?

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