El reinado de Merytneit, la primera faraon egipcia

Merytneit

En SobreEgipto nos encanta conocer más sobre la historia del antiguo Egipto. Hoy, tras algo de investigación por nuestra parte, nos vamos a la convulsa aunque apasionante etapa Arcaica, una de las épocas más espinosas y controvertidas de la historia del antiguo Egipto.

No ha sido fácil del todo, pues el orden sucesorio de los gobernantes del país es, a lo largo de esta etapa, cuando menos, incierto y muy discutido aún hoy en día. Hemos tenido que bucear un poco en medio de todas estas dificultades, para encontrar uno de los enigmas que más ha desconcertado a los especialistas desde el tiempo de su hallazgo, en 1900, por el arqueólogo inglés Sir W. M. Flinders Petrie.

Este estudioso encontró una tumba real que, más tarde, se demostró que pertenecía a una mujer. Lo que planteó un grave dilema; porque, si era una mujer, ¿qué hacía enterrada en un camposanto real en el cual su presencia era totalmente excepcional, ya que, como ocupantes de las tumbas principales, sólo figuraban reyes y ninguna otra reina?. ¿Quién era esta misteriosa reina?.

Debido a los rasgos inusuales de sus monumentos, Emery adoptó la postura de considerar a Merytneit como una reina reinante de hecho, y no sólo como la consorte de algún rey en particular, como algunos la consideraron después de aclarar el error de Sir Petrie.

De esta manera, los arqueólogos han reconstruido, basándose en sus hipótesis, una situación que es, salvando las discrepancias de unos y otros, la siguiente: al fallecer Hor-Dyer, marido de Merytneit, deja a su viuda Merytneit con un pequeño hijo y con otro en camino.

Realmente, el faraón muere en una circunstancia difícil para ella, no solo por dejarles a ella y a sus dos hijos, sino en especial porque, como representante de un linaje asociado a, pero no original de, los verdaderos “conquistadores” y artífices políticos de la realeza faraónica, no tenían el trono asegurado.

Sea como fuese, el hecho de que una reina viuda de origen norteño quedara sola junto con el heredero al trono, debió haber perturbado a más de uno en la “facción sureña” del país. El hecho de que la reina sorteara este punto de fricción y que ocupara el trono hasta que su hijo alcanzase la mayoría de edad es indicativo de que ella y sus hijos contaban con la protección y apoyo de una gran parte de los sectores de poder y de la propia familia soberana.

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Categorias: Historia de Egipto




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