Cremas y ungüentos en Egipto

Maquillaje en Egipto

Siempre hemos oído que la célebre reina Cleopatra se bañaba cada día en leche. Este hecho, que aún en nuestros días no se sabe a ciencia cierta si fue algo que ocurrió realmente o si más bien pertenece a la leyenda que envuelve a la mítica monarca, no parece ser del todo descabellado si tenemos en cuenta la importancia que los egipcios daban a los diversos productos de belleza como el perfume, las cremas o los diversos ungüentos.

En cuanto al primero de ellos, es sabido que era un lujo que tan sólo se podía permitir la clase pudiente. Los trabajadores debían de conformarse con la maceración en aceite de flores y hierbas o con algún tipo de crema corporal perfumada.

En este sentido, se han encontrado en algunas excavaciones un gran número de tarros que contenían diferentes ungüentos. Estas cremas, que no estaban perfumadas, eran realmente importantes para la vida cotidiana, ya que con la mezcla de los distintos aceites vegetales (sobre todo el aceite de sésamo, el aceite de ricino y algunas grasas animales) lograban que su piel pudiese mantenerse hidratada en un ambiente cargado de sequedad y tras largas horas de exposición al inclemente sol.

Además, tal era su importancia que estas cremas básicas eran usadas como método de salario, como lo era también el grano, la tela o incluso la cerveza. Como curiosidad, tenían fórmulas que eran utilizadas para las arrugas, para eliminar las canas o la caspa e incluso para evitar la caída del cabello.

Por lo que respecta al maquillaje de las mujeres, estas lo conseguían mezclando óxido de hierro con resina y aceite: todo el mundo tiene en la mente los bonitos ojos perfilados que llevaban, que lograban bien de la piel de las uvas negras (para realzarlos con ese color) o con polvo de turquesa, si deseaban perfilarlos de color verde.

Foto Vía: Aroma Cosmética

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Categorias: Historia de Egipto




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